Aunque en verano hay que hacer cola, vale la pena acercarse a este pequeño puerto de la ría de Noia y deleitarse con la sencilla receta. Todo el que lo prueba coincide en que es extraordinariamente tierno pero con la resistencia precisa a la mordida.
Sobre las 10,30 de la mañana comienza el ritual de cada mañana y el inconfundible aroma marinero del pulpo burbujeando a fuego lento, va inundando el comedor del Chinto.
En la cocina se limpia con un cepillo los pulpos de entre dos y tres kilos y medio. "Hay que quitar una telita que no todo el mundo retira".
Se hace con cepillo porque es más eficaz y queda mejor”, dicen.
“No tiene secreto. Se congela hasta que está duro del todo y una vez descongelado y bien lavado, se mete tres o cuatro veces en una olla de agua hirviendo para asustarlo. En cuanto vuelva a hervir , se baja el fuego al mínimo y se deja 45 minutos para un peso de tres kilos. Se pincha para comprobar que ya está y listo”. Es entonces cuando se corta cada tentáculo y se coloca en el plato torneado de madera de pino.
Tierno pero con el punto adecuado de resistencia, con la chispa que le da una sensata mezcla de pimentón dulce y picante y el chorro de aceite suficiente para poder mojar pan. . "Primero se echa sal gorda y luego pimentón, yo hago una mezcla de cuatro cucharadas de dulce y dos de picante que da para espolvorear sobre varias raciones. Y finalmente, se riega con aceite de oliva extra, concluye la cocinera.
Algunas tapas para acompañar además del Pulpo, junto a la cerveza y un Ribeiro o Albariño bien fresco; unos Calamares muy frescos, la Oreja de Cerdo con Pimentón, los Mejillones al Vapor, las Navajas, los Pimientos de Padrón.
Todo bien elaborado y a precios honestos.
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